ODYSSEAS ELYTIS
Odysseas Elytis fue un poeta y escritor griego que nació en Creta el 2 de noviembre de 1911, y falleció en Atenas el 18 de marzo de 1996. Estudió abogacía y filosofía en las universidades de Atenas y París. Entre otras actividades, fue director del programa de Radiodifusión Griega y asesor del Teatro Nacional de Grecia.
En la década de los años treinta, influenciado por las tendencias surrealistas europeas, inició una brillante carrera literaria que se extendió hasta el final de su vida. Se puede decir que Elytis es el poeta de lo resplandeciente, lo diáfano, lo fresco, lo acuoso, lo inmaculado; y que descubre Grecia a través de una mitología del Egeo, con sus islas, sus casas pintadas a la cal, sus blancas capillas, hombres con brillo en los ojos y muchachas repletas de juventud. Entre sus principales obras poéticas figuran: ”Orientaciones”, “Sol el Primero”, “Canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Albania”, “To Axion Estí” (Dignum est), “El monograma”, “Maria Nefeli”, “El pequeño Nautilus” y “Al oeste de la tristeza”.
Además de otras distinciones, en 1979 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Al cumplirse cien años de su nacimiento, a modo de homenaje, dejo aquí uno de sus bellos poemas que canta a la antigua región de Beocia.
IMAGEN DE BEOCIA
Aquí donde la desolada mirada sopla las piedras y lo inmortal
Aquí donde se escuchan por lo hondo los pasos del tiempo
Donde se abren grandes nubes como dorados estandartes
Sobre la metopa del cielo
Dime de dónde arrancó la eternidad
Dime cuál es el signo que te hace daño
Y cuál el sino del gusanillo
¡Oh tierra de Beocia que te lustra el viento!
Qué fue de la orquesta de manos desnudas bajo el palacio
La misericordia que ascendía como fuego sagrado
Dónde están las grandes puertas con los antiguos pájaros
que cantaban
y el fragor que despertaba el horror de los pueblos
Cuando el sol entraba como triunfo
Cuando el destino se contorcía en el dardo del corazón
Y se encendían los trinos intestinos
Qué fue de las inmortales libaciones de marzo
De las líneas griegas entre el agua de la hierba
Fueron heridos las frentes y los codos
El tiempo del mucho cielo rodó rosado
Los hombres avanzaron
Llenos de sufrimiento y sueño
¡Rudo rostro! Ennoblecido por el viento
De tormenta de verano que las rubias huellas llameantes
Deja en las líneas de las colinas y de las águilas
En las líneas de tu palma de predestinado
A qué sabes hacer frente y qué sabes llevar
Vestida de la música de las hierbas y cómo avanzas
Entre los brezos y las salvias
Hasta el punto final de la flecha
En esta rojiza tierra de Beocia
En la pacífica marcialidad de las rocas
Encenderás los dorados haces del fuego
Arrancarás la mala fructificación del recuerdo
Dejarás un hálito amargo en la menta silvestre.
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