LOS CAMPESINOS Y EL BURRO

 

Un campesino y su hijo se dirigían al mercado del pueblo. El niño iba montado en un burro y el padre caminando cerca del mismo. Unos vecinos los vieron y comenzaron a criticar:

-El niño, fuerte y robusto sobre el burro, y el pobre padre mayor y achacoso caminando, ¡Qué poca vergüenza!

Entonces, el hombre bajó al niño y él mismo montó sobre el burro, el niño fue caminando. Otras personas, al ver esto, arremetieron con sus críticas hacia el padre:

-El pobre chico caminando y él tan contento sobre el burro, ¡Qué padre más despiadado!

Para evitar los comentarios de la gente, tanto el padre como el hijo montaron en el burro y continuaron. Un grupo de hombres que estaban sentados en la plaza, al verlos, mostraron abiertamente su críticas:

-Cómo es posible que tengan tan poca consideración por el animal, ¡Los dos sentados tranquilamente y el pobre burro, derrengado, llevándolos sobre su lomo!

Finalmente, el padre y el hijo decidieron bajarse del burro y siguieron caminando, llevando al burro atado con una cuerda. Al ver esto, los vecinos del pueblo, burlándose de ellos, dijeron:

-Miren a esos tontos, están caminando cuando tienen un burro que podía llevarlos; ¡Qué poco cerebro tienen!

La ENSEÑANZA que nos deja este cuento es que "nunca se puede conformar a todos". Hagamos lo que hagamos, siempre habrá alguien que le parezca mal o inapropiado nuestro comportamiento. Cada persona tiene una manera diferente de percibir la realidad según sus costumbres, valores y otras circunstancias. Entonces, tratemos de tomar nuestras propias decisiones, con nuestro mejor parecer, desde la libertad y el convencimiento de que son tan válidas como cualquier otra; sin preocuparnos por las críticas de los demás.

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